Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Yo creía que con la respuesta que había dado al Sr. Montilla, quedaría satisfecho, toda vez [3910] que yo dije que allí donde quiera que la bandera española tremole, no sólo sin protesta de nadie, sino con aquiescencia de todo el mundo, aquella tierra era tierra de España. Pues bien, esto me parecía a mí que debía satisfacer al Sr. Montilla, como debe satisfacer a todo Diputado español; porque entiendo, que poner en duda una cosa así, cuando no lo hace nadie, no es regular en un Diputado de la Nación española. Por lo demás, el decreto a que S.S. se ha referido, no ha variado nada la situación de las cosas. El Gobierno liberal se encontró con el protectorado de la Nación española en ese territorio, y clavada en él la bandera de la Nación española. Ahora bien, ese protectorado es de hecho y de derecho, porque se ha hecho con arreglo a las estipulaciones acordadas en la Conferencia de Berlín, y después, el Gobierno conservador dio conocimiento de esto a todas las Naciones del orbe, y todas han asentido. En tal estado halló el partido liberal las cosas; y esa parte del territorio que estaba puesta a cargo del Presidente del Consejo de Ministros, fue trasladada después al Ministerio de Ultramar. Mas como el Ministerio de Ultramar no tenía medios eficaces, no contaba con los elementos necesarios para hacer efectivo el protectorado de la Nación española sobre ese territorio, se acordó que del Ministerio de Ultramar se trasladara a la Capitanía general de las islas Canarias que, por su proximidad y con los medios eficaces de que dispone, puede hacer realmente efectivo el protectorado que la Nación española ejerce sobre este territorio. ¿Cuál es el protectorado? Esto, Sr. Montilla, es muy difícil de determinar, porque el protectorado tiene límites muy indefinidos que suelen llegar desde una pequeña influencia de la Nación protectora en asuntos determinados, hasta tener el dominio completo del territorio. ¿Qué es lo que tiene por límite España? Permítame S.S. que yo calle por consideración a los intereses de España misma.

Me parece que un Diputado español debe conformarse con esto; debe quedar satisfecho con saber que el protectorado que la Nación española ejerce allí, no está por nadie contradicho, y que por el contrario, todas las Naciones han asentido a que España lo ejerza, sin determinar los límites de ese protectorado. ¿Qué más quiere S.S.? ¿Que entremos ahora en discusión para determinar cuáles son los límites de ese protectorado? Pues declaro que eso no conviene ni a los intereses de España, ni a los intereses que tienen los españoles en aquel territorio. Y no tengo más que decir. [3911]